Bonita, Guapa o Atactiva... ¿Qué Eres Tú?

Queda claro que ser guapa no es un milagro ni un regalo genético y, porque implica voluntad y tenacidad, tampoco es algo fácil de conseguir.

Una vez platicando con una amiga me preguntó quienes eran las mujeres a las que consideraba más bellas, no uso el término bonita, por lo que yo me di el lujo de hablar con toda sinceridad.

“Coco Chanel, María Callas y Jacqueline Kennedy” dejando a mí amiga boquiabierta. “pero, pero”, repetía sin encontrar la manera de rebatir mi elección.

“Es que son tres mujeres que elevaron su belleza al máximo” continúe. “ninguna de ellas era estéticamente perfecta, pero nadie les podía quitar la mirada de encima cuando estaban en alguna habitación.”

Eso es lo que para mi han logrado su refinamiento, gran personalidad y fantástico desenvolvimiento dentro de la sociedad. Es lo que han alcanzado Paloma Picasso, Carolina Herrera y lo que, en sus últimos años, logró tener Lady Di.

Una mujer bonita, en cambio, tiene a poseer una cara hermosa. Un aletear de sus pestañas mueve mareas, su amplia sonrisa ilumina el cuarto más obscuro y si sus mejillas tienen hoyuelos, para cerrar con broche de oro, no hay quien se le resista. Esta mujer no ha luchado nunca para conseguir novio, suele ser contratada de inmediato para el empleo que desea y hasta los meseros la tratan con preferencia. Ella así nació, así creció y por una buena cantidad de años tendrá el privilegio de ser admirada a su paso. Sin embargo ella no tiene asegurado un futuro con esas mismas ventajas, pues de ninguna manera puede saberse si a los ochenta y tantos años tendrá algún efecto el guiño de sus ojos o si sus hermosos labios podrán seducir si están rodeados de múltiples arrugas. Cuando trato de imaginarme a alguien así, pienso en Drew Barrymore o en Victoria Ruffo, a quienes, dicho sea de paso, incluso se les perdona que no sean tan delgadas del todo debido a su rostro angelical.

Cuando hablamos de una persona atractiva, entonces estamos contemplando un imán que funge como herramienta para que ella atraiga a las miradas. Algo sensual, bello y muy interesante. Definitivamente, esta mujer tiene derecho a ser mucho más fea que las dos anteriores, por que las imperfecciones de su físico las ha sabido ocultar mediante una inteligente e ingeniosa conversación, un estilo muy particular y propio al vestir y una deliciosa y sutil forma de caminar.

Quizá tenga un rostro totalmente picassiano, como el de Rossy de Palma, o tal vez sea una controvertida y dominante celebridad, como la senadora Hillary Clinton. El hecho incontrovertible es que ellas saben llevar al mundo como una sartén por el mango. Nada se les hace grande y todo lo pueden resolver con ese férreo poder de convencimiento, que es el principal don de este tipo de chicas. Si es atractiva, fuerte y poderosa, estas cualidades no se desvaneces con los problemas de la vida o el paso del tiempo. Si no me creen, pregúntenle a Kate Moss. Y para los que desean encontrar a una chica que sea bonita, guapa y atractiva… ¿Creían que no se podía? Les dejo estas dos imágenes y den sus opiniones….